viernes, 13 de diciembre de 2019

Puente de diciembre por Baviera

Sábado 7

Este día sería la primera toma de contacto con el país germano. Salimos tras un desayuno en familia a visitar este pueblo pintoresco: Phaffenhofen. Lo más llamativo del pueblo fue su mercadillo navideño lleno de puestos con artesanía, decoración navideña y comida. 









No dejé pasar la ocasión para pedirme un currywurst y glühwin. 

Currywurst

Glühwin
La salchicha estaba buenísima, con el toque oriental del curry. En cuanto al vino caliente, tiene un cierto toque a amaretto que recuerda al sabor de las piruletas. Cuando estábamos terminando de comer empezó a chispear, por lo que nos volvimos a casa a hace una escala técnica y salir hacia Regensburg. Según las informaciones que me han llegado, esta ciudad fue la candidata histórica a ser la capital del estado bávaro, pero intereses políticos decidieron que finalmente se adjudicara a Múnich. Aun así, las calles estaban a rebosar de gente recorriendo las calles engalanadas con las luces navideñas y el típico mercadillo navideño.





















Ya era la hora de cenar, por lo que empezamos a buscar un restaurante para descansar de todo el día recorriendo las calles. El restaurante fue Pizzeria Ñam Ñam. Como no podía ser de otra forma, se presentó la ocasión perfecta para beber mi primera cerveza de trigo y acompañarla de una pizza.



Lo que quedaba tras la cena era volver a casa para tomarnos un té caliente y hacer una valoración de la excursión.

Domingo 8

El destino de hoy se quedó en el tintero de mi última visita por lo que, con la época navideña, daba un mayor aliciente para visitar esta ciudad: Salzburgo. Lugar que vio crecer a Mozart, conserva aún muchos edificios señoriales, un castillo en lo alto de una montaña y una muralla que sirve para dar paseos en los atardeceres de este rincón austriaco. Llegamos sobre el mediodía a esta ciudad y como el sol iluminaba toda la orilla de las embajadas, cruzamos uno de los puentes del Rio Salzach para pasear antes del almuerzo.




Una media hora después del paseo nos dirigimos a Zum Zirkelwirt (Pfeifergasse 14), un restaurante con decoración rustica y navideña cerca del centro de Salzburgo.




Preparan comida típica bávara y austriaca como también los Mozartkugel: dulces típicos de la ciudad preparados a base de mazapán, pistacho y cobertura de chocolate. Yo me pedí la combinación bávara: cerveza + carne de cerdo con chucrut y semmelknodel. 



Estaba muy bueno y si eres estudiante te saldrá a buen precio: si presentas tu carnet de estudiante (yo ensené la ISIC), te saldrá por tan solo 10,80 euros. Tras esta pausa, nos dirigimos al centro de la ciudad para encontrarnos con el mercadillo navideño de Salzburgo. En la entrada del mercadillo habían instalado una pista de hielo, por si le apetecía patinar a los profesionales un rato o caerte si no tienes práctica. 



He de decir que me gustó mucho este mercadillo, ya que combina la decoración del propio mercadillo con los edificios que lo protegen creando un ambiente muy ameno.







Había una gran cantidad de puestos de comida y bebida, tanto salados como dulces y el paraíso para los amantes de la decoración navideña: una infinidad de adornos y figuras para colocar tanto en el belén como colgados del árbol de navidad. 










Antes de irnos del mercadillo, entramos en la Catedral de Salzburgo. Su interior es muy diferente al resto de catedrales que había visitado con anterioridad ya que contiene unos ornamentados espectaculares, muy en la línea de la ciudad. 



Pero antes de volvernos a casa, no podía pasar la ocasión de probar la famosa tarta Sacher en Austria. La tradición dice que debe tomarse en Viena, pero tampoco hay que ponerse exquisitos. Fuimos a la Cafetería Tomaselli (Alter Markt 9), fundada en el año 1700 y con una decoración tradicional. 



Como suele pasar en estos sitios, la fama va acompañada de los precios, pero una vez es una vez. A mi juicio, creo que se pueden comer tartas Sacher mejores en otros puntos de la ciudad más baratas. Ya se acababa nuestra escapada al viaje vecino, por lo que recorrimos las calles de Salzburgo por última vez y pusimos rumbo de vuelta a casa.





Si vais a ir un solo día a Salzburgo os recomiendo que lleguéis temprano para poder visitar los puntos más importantes de la ciudad: castillo, fortaleza, iglesias y catedral, etc y dejar las compras navideñas por la tarde. Así podréis disfrutar al máximo de la visita navideña de esta bonita ciudad.

Lunes 9

Hoy tocó visita express a Múnich, capital de Baviera. Marcada por la historia, ha sido testigo de cambios profundos en la sociedad alemana durante muchos siglos. Aunque parte de su patrimonio quedó devastado tras la Segunda Guerra Mundial, todavía se conserva algunos monumentos singulares. La primera parada del camino fue la estación de tren de Múnich, que ya estaba adornada con los adornos navideños de rigor. 



Desde ese punto tomamos la línea de metro U4 a Theriessenwiese que nos dejaría en Tolwood, la feria alternativa de Múnich.



En ella, podemos encontrar desde puestos de comida como una gran variedad de artesanía y ropa de segunda mano.






La envergadura de tiendas es considerable, por lo que es buena idea pasearse un rato después de la comida. En nuestro caso, apostamos por comida india. 




Los platos estaban sabrosos y no muy picantes, con lo que pudimos degustarlos al máximo. Existen pabellones donde realizan conciertos y espectáculos, pero no entramos ya que no había ninguna actuación preparada a esa hora. Tras la ronda por Tolwood, regresamos a la ciudad a ver los mercadillos navideños. Pero antes de llegar al centro, nos bajamos en Odenplazt para ver otros monumentos de camino. En el patio interior de un edificio cercano a la plaza habían instalado un pequeño mercado navideño donde me pedí una crêpe con nutela, ya que apetecía con el frío que se levantó.




Después de esta visita, fueron varios los que encontramos en nuestro paseo: Ministerio de Finanzas, Theatinerkirche, Nationaltheater... 






También vimos una cafetería mítica de Múnich, Alois Dallmayr. Su historia va de la mano con la ciudad y como podéis imaginar, los precios no son nada asequibles. 



Finalmente, llegamos a la famosa Marienplatz. Estaba a rebosar de gente, con todo el inmenso mercadillo navideño que se extiende por varias calles anexas a la plaza. 






Como no podía fallar, tocaba visitar los puestos por si encontrábamos el regalo perfecto de navidad. Antes de terminar con el mercadillo, nos dirigimos a la Viktualienmarkt. 






Su fama se debe a la gran variedad de puestos de alimentación que ofrece: desde los tradicionales puestos de salchichas y embutidos como de frutas y verduras. Junto a esta plaza se encuentran dos iglesias: la Iglesia del Espíritu Santo y la Iglesia de San Pedro.



Destacaría la primera por el trabajo del techo, con unos acabados y colores que te obligan a contemplarlos sin pestañear. Retomamos la visita del mercadillo navideño, terminando la ronda de puestos.







Nuestro último monumento fue la Iglesia de San Miguel.


Como el resto de iglesias de Múnich, destaca el tamaño sobre lo decorativo. Mi recomendación para ver este tipo de monumentos es ir de día para apreciar todos los detalles con la luz del día. Y tras 4 horas de recorrido, finalizaba nuestra visita por esta ciudad que da para varios días. Para colofón de la noche, compré algunos dulces para llevar al trabajo e ingredientes para hacer pizza. La cena fue de restaurante y, de hecho, quedó solo un trozo. Hay muchos puntos lugares y rutas a realizar en esta ciudad, por lo que ya tengo razones para revisitar la ciudad en toda su extensión. 

Martes 10

Mi último día por Alemania se basó en visitar un poco Wolnzach y tener un desayuno bastante completo.




Por la tarde pasamos por la ciudad de Ingolstadt, al norte de Munich. Como ya era de noche, se podía apreciar todas las luces de la ciudad. 


Además, tienen varios ''portales'' en los que por un euro se pueden dar vida a los personajes que recrean cuentos populares como Rapunzel. Para cenar nos acercamos a una cadena de hamburguesas llamada Hans Im Glück (Ludwigstrase, 10). 


Ofrecen todo tipos de hamburguesas (veganas, vegetarianas, ternera y pollo) como también ensaladas y platos para compartir. Yo me pedí una hamburguesa de ternera con gorgonzola, nueces y compota de arándanos. 




Finalmente, dimos una última vuelta por la ciudad antes de recoger el campamento y volver a casa.


Miércoles 11

Poco hay que contar en este día: me tocaba ir al aeropuerto para volver a España. Aunque algo tan fácil como eso puede no salir bien: un gran atasco por un accidente me impidió llegar con antelación suficiente. Lo que quedó fue buscar el siguiente vuelo posible; es este caso fue con Lufthansa. Me llamó la atención que la aerolínea ofrece snacks y bebida gratis en clase turista, punto a favor para el futuro. Afortunadamente, tras usar todos los medios de transportes posibles llegué a casa.

El balance que hago de todo el viaje es muy positivo: muchos mercadillos navideños, nuevas ciudades y reencuentro con la familia. Han quedado algunas visitas previstas como Fusen o Dachau, pero siempre se puede buscar una excusa para volver a estos lares.