viernes, 22 de febrero de 2019

Escapa de fin de semana a Oporto

Pues como dice el título, he estado este último fin de semana por tierras lusas. Concretamente en Oporto, cuna del vino de Oporto y las francesinhas. El plan se estuvo gestando la semana anterior pero no fue hasta unos días antes el que se confirmara. La decisión sobre el transporte y alojamiento fue clara: coche y airbnb (con cinco personas es lo más económico).

Viernes 15 de febrero 

Pues bien, sobre las cuatro de la tarde salimos de Valladolid hasta Oporto. Fueron cuatro horas de camino entretenidos, con música (como no) y algún que otro ‘descanso’ (un control en carretera de aproximadamente treinta guardias civiles armados con escopetas y perros antidrogas, lo normal jeje). Nada más llegar al piso de alquiler, equipaje en tierra y con llave en mano, no esperamos más a ver lo que nos deparaba la noche. Para empezar la ruta gastronómica, como dejar pasar un pastel de nata para abrir boca.


Buen precio para lo bueno que estaba

Para cenar, aprovechamos la recomendación que nos hizo la casera del piso: Brasao Cervejaria Aliados (R. de Ramalho Ortigão 28). Aquí pudimos empezar a comer la francesinha (sándwich con fiambre, embutido y filete de ternera envuelto en queso fundido y bañado en salsa de tomate ligeramente picante). 


Desde aquí doy un consejo: si no se está muy hambriento y vais en grupo, pedid una entera y después partirla en dos (sale más económico). También pedimos dos platos de la casa: Rissole de carne, cogumelos e Trufa y Cebola Frita con Maionesse de Alho negro.


Estaban realmente buenos, muy recomendables

Tras esta comilona, empezamos a bajar cuestas y cuestas por Oporto para llegar a la Ribera. Eso sí, sin dejar atrás la estación de trenes de Oporto, famosa por sus azulejos azules en todo su interior.


Al llegar a la Ribera de Oporto, tocaba foto al Puente de Luis I con las luces nocturnas.


Paseamos un poco por la orilla de las bodegas y volvimos al otro lado del río para visitar la zona de fiesta de Oporto: Rua da Galeria de Paris. Estaba bastante animado y nos sentamos en la terraza de unos de los bares a tomar algo y descansar de las cuestas. Al día siguiente nos esperaba un día intenso y movido, por lo que ahora tocaba dormir.

Sábado 16 de febrero

El día amaneció deslumbrante, lo que significaba una cosa: mañana de playa. Después de levantarnos y organizarnos tomamos rumbo a la playa de Matosinhos. Al llegar buscamos una cafetería para desayunar. Como podéis imaginar, una zona de playa tiene cafeterías y restaurantes cerca de la playa por doquier.


Pasado el desayuno, fuimos a pasar un rato en la playa para disfrutar del día y jugar un rato al fútbol.


The crew (Flickr: luisdurany)

Para ser mediados de febrero, el tiempo era fantástico (posiblemente como un día de mayo/junio). La playa estaba repleta de gente paseando, practicando surf o simplemente paseando.



Para el almuerzo teníamos un restaurante que nos habían recomendado: A tasquinha (R. do Carmo 23). Hace falta reserva porque se llena rápido y te puedes quedar con las ganas. Pedimos varios platos especialidad de la casa:



Arroz con pulpo


Bacalao a Braga


Solomillo al vino de Oporto

De estos platos, el que más me gustó fue el bacalao. Para el postre, se pidieron tartas caseras, hechas en el restaurante. 


Tarta de almendra y calabaza


Tarta Cheesecake


Tarta dos chocolates

En general, fue una comida agradable y rodeado de españoles que abarrotaban el local. Para bajar la comida volvimos a caminar por la ciudad, pero esta vez por la parte alta. Pasamos por la Torre de los clérigos, bajamos la calle a la plaza Aliados, subimos a la Sé de Porto con destino Puente de Luis I. Desde este puente se obtienen las mejores paronámicas de la ciudad, por lo que si te gusta la fotografía no puedes perder la oportunidad.



Flickr: luisdurany

El atardecer es la mejor hora para tomar fotos como también contemplar las vistas de la Ribera. En el lado de las bodegas (Vila Nova de Gaia) se encuentra el teleférico de Oporto, que conecta la parte baja y alta de ese lado del río. Existe una pequeña ladera cerca del teleférico donde se reúne mucha gente a esa hora de la tarde para tomar algo mientras disfrutan de la foto y la compañía.


Flickr: luisdurany


Flickr: luisdurany

Nosotros nos sentamos en la terraza de un bar justo encima del teleférico para descansar antes del partido. Aunque parezca que no da tiempo a hacer muchas cosas en un fin de semana, encontramos un hueco para asistir a un partido del FC Porto en el Estadio do Dragao. Tras el viaje en metro, llegamos a la estación del estadio. Hay que decir que es un estadio bastante decente; de hecho, tenían varios puestos de bebida y comida en las inmediaciones del estadio, a la espera de que empezara el partido.


El partido fue normalito, pero tuvimos la oportunidad de estar a pocos metros de Iker Casillas.


La verdad, un poco más y se hernia del esfuerzo jeje (Flickr: luisdurany)

Como había que hacer la parada para la cena, cruzamos la calle para entrar al centro comercial que se encuentra enfrente. Esta vez tocó un wok donde cada uno pidió un plato de fideos personalizados, el mío estaba muy bueno pero picante.


La noche no podía acabar de otra forma que volviendo a la zona de fiesta para rematar el día.

Domingo 17 de febrero

El viaje llegaba a su fin, por lo que preparamos las maletas y guardamos todos en el coche. Antes de salir, no nos fuimos sin desayunar café, comer y comprar dulces portugueses. En mi caso, probé una torrija de vino que estaba realmente buena.


Bon appetit!

Me llamó la atención que las vendan cuando quedan meses para Semana Santa. Tras esto, cogimos el coche y dejamos Oporto atrás para otra ocasión. Teníamos varias opciones para almorzar, por lo que al final de las deliberaciones y guiándonos por las recomendaciones de Tripadvisor paramos en Casa Zapatillas, Verín (Av. Luis Espada, 34). Lamentablemente cuando llegamos ya no quedaba Chuletón, por lo que nos tuvimos que conformar con entrecot de ternera y jarrete.


Se ve así porque se compartió entre los cinco xD

A parte, se pidió pulpo a la gallega y croquetas caseras.



En la búsqueda de algo dulce, pedimos natillas y flan de queso.


Me quedé un poco decepcionado por lo que comí con las buenas críticas en Internet, pero no significa que sea un mal lugar para comer si pasas por Verín. Nuestra última parada antes de llegar a Valladolid fue Puebla de Sanabria, situada en la provincia de Zamora. Está considerado como uno de los pueblos más bonitos de España y destaca las edificaciones de las casas como su castillo, que se encuentra en la zona alta del pueblo.





Flickr: luisdurany


Flickr: luisdurany



Como para meterse con él...

En mi opinión, es una visita interesante en el caso de estar cerca de la zona. 

Tras este interminable post puedo decir que ha sido un viaje corto pero intenso, con diferentes actividades a lo largo de los días y con el componente gastronomía muy presente.

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