lunes, 26 de agosto de 2019

Asturias, tierra querida


Como se puede leer en el título, mi último viaje me ha hecho desembocar al norte de España. Asturias, tierra de resistencia en el pasado y de cachopos en el presente, tiene como capital a las ciudad de Oviedo. Unos amigos médicos estudian allí el temido MIR, por lo que me propuse hacerles una visita en el finde para que desconectáramos de nuestras rutinas.

Viernes
Llegada por la tarde a Oviedo tras cruzar parte de la Cordillera Cantábrica con unos paisajes impresionantes. A mi llegada saludos y abrazos y poco más, una cena y ponernos al día porque hacía meses que no nos veíamos.

Sábado
Mientras que los opositores seguían con su ritual de estudio, aproveché para darme una vuelta por Oviedo y recordar la ciudad que visité por última vez hacía 8 años. Puntos icónicos como el Ayuntamiento de Oviedo, Mercado El Fontán, Parque de San Francisco o el Teatro Campoamor fueron paradas obligadas para la foto de rigor.

Ayuntamiento de Oviedo

Mercado El Fontán

Interior del mercado
Mercadillo callejero

Hotel La Reconquista

Interior del hotel

Teatro Campoamor

Catedral de Oviedo
Parque de San Francisco
Pues bien, para almorzar elegí entre otros amigos el restaurante Terra Astur, una institución en esta comunidad autonóma ya que ofrece la gran variedad gastronómica de Asturias. Tras unas setas al cabrales y unos chopitos, era hora de descansar un rato. Para no perderme la repostería que ofrece Oviedo, hice algunas compras a la hora de la merienda para probar un poco de todo:

Carboyanes: mazapán ligero en barca de hojaldre y cobertura de glasa

Casadielles: hojaldres rellenos de nueces y canela y rebozados en azúcar

Bon appetit!
Princesitas: pequeñas rosquillas de San Antonio rellenas de yema y glaseado
Moscovitas: galletas finas hechas a base de clara de huevo y bañadas con chocolate

Antes de la expedición por la costa, cenamos en un mesón (El Chigre de la Caleya, Oviedo) cerca de la casa que ofrece platos típicos como las zamburiñas o cachopos de cecina y cabrales. Realmente buenos y a buen precio.


Domingo
Para resumir: día movidito. La primera parte del día la pasamos en un sendero que une Luanco con el Cabo Peñas, famoso por su faro. Nos llovió de forma intermitente pero las vistas valían la pena. 




Tras unas horas de caminata, cogimos un bus a Gijón para visitar la ciudad. Había bastante gente por las calles disfrutando de una feria gastronómica que tenía stands repartidos por el paseo marítimo.



Playa de San Lorenzo
Nos habían hablado de una heladería peculiar que ofrece sabores 100% asturianos como fabada, sidra o queso de cabrales (Heladería Islandía).Sobre las 20:30 h nos tocaba volvernos a Oviedo para recoger las maletas y regresar a Valladolid. El viaje se me ha hecho corto pero lo pasamos muy bien. Quien sabe si repetimos otro finde por el interior de estas tierras, a la busca de Don Pelayo.



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